Elena Tablada y César Millán pasan un día como voluntarios en la Asociación ANAA. Además César busca un nuevo hogar para Facundo, un perro con problemas de ansiedad.
Como gran amante de los perros, Elena Tablada no entiende que se pueda abandonar a alguien que es un miembro más de la familia y, junto a César, quiere fomentar el voluntariado. Tanto ella como César descubrirán que la jornada les ayudará también a ellos mismos: “Como Elena y yo estamos pasando por algo muy similar, que es la separación de nuestra manada familiar, realmente para nosotros esto supone una terapia. Es bueno querer ayudar a alguien para no enfocarte en las cosas malas que están pasando en tu vida. Puede suponer una rehabilitación para ti, una transformación (...) Yo soy de los que cree en entregar energía positiva para contribuir a que tu vida cambie y vaya hacia la forma ideal que deseas”, confiesa César, a lo que Elena añade: “Me han relajado, me han ayudado a olvidarme de todos mis problemas y entregarme. Ahora mismo me siento muy satisfecha conmigo misma.”
César Millán también ayuda a Facundo, un labrador de cinco años. Su dueño, Rafa, no puede hacerse cargo de él por su nueva situación personal y quiere asegurarse de que sea adoptado por una persona responsable que le proporcione las mismas condiciones de vida que ha tenido hasta ahora. Facundo es un perro cariñoso, pero pasa mucho tiempo solo, lo cual le causa ansiedad y sobre excitación, también fomentada por el hecho de no estar castrado.
Hay tres posibles candidatos para adoptar a Facundo. Los primeros son Arsenio y Manuela, padre e hija. Ella está tan unida a sus cinco perros, que elige las asignaturas de su carrera en función del tiempo libre que le queda para disfrutar de su compañía y sufre de ataques de ansiedad cuando se enzarzan entre ellos. Su padre, Arsenio, es el que mantiene a la manada a raya. También optan a adoptar a Facundo Javier y María, una pareja con dos grandes pasiones: su manada de seis perros adoptados y sus dos Harleys. El equilibrio es su máxima, y para ambas actividades lo ponen en práctica. Y finalmente, Alberto y Laia. Alberto es un fiel seguidor de César y sueña con tener su propio perro para aplicar todo lo aprendido. Facundo sería el primer perro en común de la pareja. Son jóvenes e inexpertos, pero ofrecen sobre todo la fuerza de la ilusión. ¿Con quién se irá Facundo? Lo decide César Millán.
Como gran amante de los perros, Elena Tablada no entiende que se pueda abandonar a alguien que es un miembro más de la familia y, junto a César, quiere fomentar el voluntariado. Tanto ella como César descubrirán que la jornada les ayudará también a ellos mismos: “Como Elena y yo estamos pasando por algo muy similar, que es la separación de nuestra manada familiar, realmente para nosotros esto supone una terapia. Es bueno querer ayudar a alguien para no enfocarte en las cosas malas que están pasando en tu vida. Puede suponer una rehabilitación para ti, una transformación (...) Yo soy de los que cree en entregar energía positiva para contribuir a que tu vida cambie y vaya hacia la forma ideal que deseas”, confiesa César, a lo que Elena añade: “Me han relajado, me han ayudado a olvidarme de todos mis problemas y entregarme. Ahora mismo me siento muy satisfecha conmigo misma.”
César Millán también ayuda a Facundo, un labrador de cinco años. Su dueño, Rafa, no puede hacerse cargo de él por su nueva situación personal y quiere asegurarse de que sea adoptado por una persona responsable que le proporcione las mismas condiciones de vida que ha tenido hasta ahora. Facundo es un perro cariñoso, pero pasa mucho tiempo solo, lo cual le causa ansiedad y sobre excitación, también fomentada por el hecho de no estar castrado.
Hay tres posibles candidatos para adoptar a Facundo. Los primeros son Arsenio y Manuela, padre e hija. Ella está tan unida a sus cinco perros, que elige las asignaturas de su carrera en función del tiempo libre que le queda para disfrutar de su compañía y sufre de ataques de ansiedad cuando se enzarzan entre ellos. Su padre, Arsenio, es el que mantiene a la manada a raya. También optan a adoptar a Facundo Javier y María, una pareja con dos grandes pasiones: su manada de seis perros adoptados y sus dos Harleys. El equilibrio es su máxima, y para ambas actividades lo ponen en práctica. Y finalmente, Alberto y Laia. Alberto es un fiel seguidor de César y sueña con tener su propio perro para aplicar todo lo aprendido. Facundo sería el primer perro en común de la pareja. Son jóvenes e inexpertos, pero ofrecen sobre todo la fuerza de la ilusión. ¿Con quién se irá Facundo? Lo decide César Millán.
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